Con el efecto de la última luna llena del verano, una avalancha de
emociones encontradas, y la inconmensurable satisfacción de ser capaz finalmente de ver una película de
esas que nos gustan a las chicas, tranquilamente en el sillón, sin nadie a mi
alrededor y con un paquete de clínex como compañía, se me han revuelto mil
cosas por dentro que no sé qué hacer con ellas.
¿Porque me gustará tanto torturarme viendo películas de amor, tan tristes
que te hacen llorar sin parar? Llegando
al punto de plantearme si lo que en este momento vale realmente la pena o hay
que seguir arriesgando y buscar a esa media naranja que estará contigo cuando
seas viejecita, con ganas de cogerte de la mano, de viajar, de salir a cenar y de bailar cada noche contigo,
aunque cada vez nos cueste más andar y no pisar al contrario.
No sé si por esto o por otros motivos, uno se embarca en diversas cruzadas analizando a cada persona que va pasando por su vida, y a la mitad el
camino, comienza la duda, pensando ¿será? Entonces llega el momento de
hacer la lista de los síes y los noes... Y suelen ganar los noes y ahí se queda
todo. Casi siempre.
Ser uno mismo no es fácil, conlleva una gran responsabilidad intentar estar ahí para muchas personas, resolver problemas y no olvidar que aunque a veces todo no vaya tan bien como nos gustaría hay que seguir adelante, día tras día, con poco tiempo para pararse a recapacitar.
Tal vez por eso, porque rara vez me paro a pensar en lo que realmente quiero yo, a veces me veo en la necesidad de emprender una búsqueda interior, sin saber muy bien que es lo que estoy buscando o lo que pretendo encontrar.
Estoy
cansada de pensar, de listas, de búsquedas, aunque no de llorar viendo pelis de
amor, de desamor, y hasta de dibujos animados. Que le voy hacer si soy un alma
sensible... Que lo soy aunque
muchas veces no de esa impresión.
Así que, después de un buen rato
moqueando, y darle vueltas a la diversos pensamientos, por esta vez he decidido
dejar que las cosas simplemente sucedan. No voy a hacer listas, ni me voy a comer
el tarro, ya me lo comí anoche con la peliculita… Voy a vivir tranquilamente, a
mi manera, y dejar todo fluir, lo que tenga que pasar el tiempo lo dirá.
No sé porque a veces me empeño en hacer complicado lo que
puede ser simple.
¡Hola! Yo creo que lo más fácil es ser tu misma porque no tienes que hacer el esfuerzo de intentar ser lo que no eres. Siendo tu, muestras toda tu esencia y eso es lo que no debes cambiar nunca. Obvio no le puedes gustar a todo el mundo porque para gustos, los colores, pero sí hay otro tanto de personas a las que le encantarás.
ResponderEliminarY como bien dices al final, lo mejor es dejarse llevar :)
Un beso guapa