Para ti que llegaste por sorpresa a
mi vida, que me enseñaste a compartir mi tiempo contigo, que me despertabas
cada mañana con cariños y que nos diste en casa a todos tu amor incondicional.
Has sido mi compañero inseparable durante los últimos 9 años, compañero de
viajes, paseos, mudanzas, peleas, fiestas.
Echo de menos llegar a casa y que estés
ahí, esperándome, para que te pregunte qué tal te ha ido el día y que tú te
sientes a escucharme a mí también a mi lado en el sofá. Tu que comprendías a la
perfección todos mis estados de ánimo y siempre ponías de tu parte para colocarte
en el mejor sitio y darme un beso, un achuchón, o simplemente estar ahí junto a
mí.
Los dos sabíamos que al final
llegaría el día, porque ya nos lo habían dicho de antemano y aun así me regalaste
6 meses más de tu compañía. Espero haberte cuidado y mimado como solo tú te
merecías, aunque a veces pienso, es inevitable, que siempre podría haber hecho
un poquito más.
La noche que te pusiste malito y
finalmente vi que te tenía que llevar a urgencias, fue totalmente desgarradora
para mí, aunque me había ido haciendo a la idea de todo, no estaba preparada,
nunca se está preparado totalmente para la pérdida de un ser querido. Estuve a
tu lado hasta el final, era lo menos que podía hacer, aunque el alma se me caía
a los pies…
Solo quiero que sepas que te hemos
querido muchísimo y que siempre te vamos a recordar, y que cuando salimos a
pasear por la noche y está oscuro, al final siempre vemos una estrella que
brilla y que nos mira desde el cielo, y entonces ella me dice:
- - Ves, le he encontrado , está ahí, cuidando desde el cielo
de nosotras.