Lunes, 5 de Octubre, 8:30 de la mañana, el otoño ya ha llegado, las hojas secas empiezan
a amontonarse en el suelo, una capa densa de nubes cubre el cielo y la lluvia
empieza a caer lentamente mientras paseo por las calles de camino a la oficina.
Veo la gente pasar deprisa, con cara de preocupación por tener que mojarse,
por el tráfico, por llegar tarde. Nadie parece querer fijarse en los colores
tostados de los árboles, o en las nubes brillantes que con el sol de la mañana
que las quiere traspasar hacen llegar hasta nosotros, dispersos los rayos que
deslumbran al mirar al cielo.
Después de haber pasado por mil tormentas y batallas, unas ganadas, otras
perdidas, todas quedan ya atrás. Voy caminado con una sonrisa mientras la gente
anda deprisa preocupada de no llegar a tiempo a algún lugar en el que les estén
esperando.
Bajo la lluvia fina que cae armoniosamente sobre las aceras componiendo
suaves melodías es todo un placer para los sentidos, sonrío a una niña que va cabizbaja
con su mochila al colegio, y me devuelve otra sonrisa…
Me gusta el otoño, pasear bajo la lluvia, no me preocupa que sea lunes, ni mojarme,
ni llegar tarde… Voy pensando en ti…